
por José Luis Dávila
Las calles vacías afuera y dentro las luces de neón sobre el escenario. Y sobre el escenario tres personajes que no dejan respirar, y dentro de ellos, metidos en su piel, encarnados, tres actores que nada deben a los más famosos del mundo, tres actores que se merecen el aplauso de cada uno de aquellos que se toman libre la noche de un martes para ser cómplices de su aventura. Putita Caperucita y el Stripper Precoz es el regreso de la compañía Lenguas Prietas al teatro cabaret, esta vez dentro del Club 41, ubicado en la 7 oriente número 213.

Debe ser dicho, es un regreso a lo grande, un regreso que cumple con las expectativas que el nombre de Marco Polo Rodríguez hace tener, quien acompañado por Jorge Ocaña y Armando Cantorán, juntos logran un espectáculo que mantiene al espectador atento, a risas y aplausos, esperando ver más de esta historia que desde el título se muestra como es: irreverente, franca, desbordante de ironía, honesta consigo y con quien se atiene a verla.
Hay que festejarla, hay que apreciarla, pero ante todo, hay que verla y simplemente divertirse.